Para los más aventureros, existe un itinerario de unos 40 km que rodea el núcleo urbano y se adentra en los alrededores de la Sierra de Castril. Con desniveles que superan los 1.000 metros, esta ruta está pensada para quienes buscan un reto físico y paisajístico. A lo largo del trayecto, se pueden contemplar panorámicas únicas de la sierra, barrancos profundos y pueblos cercanos. Es una experiencia que combina adrenalina y belleza natural.

Otra alternativa es la ruta que conecta el pantano de la Bolera con los Campos de Hernán Perea y el pueblo de Pontones. Con casi 80 km de recorrido, es una de las más largas y exigentes del catálogo, con desniveles considerables que atraviesan zonas de gran valor ecológico. Los guías recomiendan ajustar el itinerario según la condición física del grupo, pudiendo acortarlo con variantes circulares que parten y regresan al casco urbano de Castril.

Un recorrido especialmente popular es el que combina el pueblo de Castril con la Cerrada del Río, la presa del Portillo y el camping El Cortijo. Este trayecto atraviesa algunos de los rincones más emblemáticos del parque, con contrastes entre zonas fluviales, pinares y cortijos tradicionales. Durante el itinerario, es habitual avistar fauna local como cabras monteses, jabalíes o aves rapaces.

Entre las rutas más recomendadas por los guías se encuentra la que conecta los Campos de Hernán Perea con lugares como el Vado de las Carretas, el Tranco del Lobo y el Cortijo de la Margarita. Se trata de un recorrido de dificultad alta, con pendientes pronunciadas y terreno variado, pero que recompensa con panorámicas impresionantes de toda la Sierra de Castril.